Mi programa
electoral en 600 palabras
Manos Matsaganis
En épocas normales la gente ‘normal’ se contenta con dejar
la política a los políticos. Pero nuestros tiempos no son normales: la elección
nacional del 6 de Mayo de 2012 puede resultar crucial para el futuro de Grecia.
Es por eso que muchos ciudadanos de a pie están asumiendo un papel activo en la
política, algunos por primera vez.
Si a ello se agrega un continuo interés por las ideas
políticas, un firme compromiso con la política de centro-izquierda, una
trayectoria personal intercalada con cortos episodios de intensa participación
en actividades políticas y una preocupación profesional por el impacto
distributivo de las políticas públicas, se entiende el contexto de mi decisión
de presentarme como candidato de la Izquierda Democrática para el centro de
Atenas.
Mi programa electoral en breve:
·
Grecia está
ubicada en el centro del continente europeo. No hay futuro para el país fuera
de la Unión Europea. Una suspensión de pagos tendría inevitablemente consecuencias
muy negativas: traumatizaría a los ciudadanos corrientes y envenenaría por
muchos años las relaciones de Grecia con nuestros socios europeos.
·
La moneda de
Grecia es el euro. La situación actual de la Eurozona esta muy lejos de ser
ideal: una coordinación mas sustancial de las políticas nacionales y una
reactivación de la inversión pública a nivel europeo podrían ayudar a terminar
con esta recesión y reducir el desempleo en toda Europa. Tal cambio en la
política europea beneficiaría a Grecia, pero es una decisión que en gran medida
no está en nuestras manos. Mientras tanto, nuestro objetivo debe ser poner
nuestra casa en orden.
·
La crisis no
se limita a Grecia, pero las causas profundas de la crisis griega son
domésticas. Los grandes déficits crónicos son el resultado de políticas
clientelistas, una administración pública ineficiente, instituciones del sector
público que demandan una urgente reforma y una cultura de negocios orientada a
la adquisición de contratos públicos que se aseguran por medio del cultivo de
conexiones personales con políticos y burócratas. Al menos que terminemos con
todo esto no hay posibilidades de crecimiento sostenible o para la economía
griega. Es por ello que la reducción de gastos públicos y la reforma de las
instituciones del estado deben ser nuestras prioridades principales.
·
Si la
austeridad es inevitable, al menos por un tiempo, debemos asegurarnos de que
sea justa. Podemos hacerlo si distribuimos el peso del ajuste fiscal
equitativamente; reduciendo el despilfarro y la ineficiencia en el conjunto del
sector público; garantizando servicios públicos esenciales y, finalmente,
protegiendo efectivamente a los sectores mas débiles entre todas las victimas
de la recesión.
·
Se está
comprobando que el estado de bienestar griego no es apto para enfrentar la
crisis. Dado que las figuras de desempleo han llegado a niveles sin precedente,
hay pocas posibilidades de detener la caída en la pobreza extrema de aquellos
que sufren la pérdida de trabajo o de sus ingresos. Es por ello que fortalecer
la red de protección social debe ser una prioridad central. Considerando que el
nivel agregado de gasto público en políticas sociales es bastante alto, la
propuesta no es inconsistente con la consolidación fiscal: se puede obtener con
el racionamiento de recursos usando criterios de necesidad en lugar de aquellos
que se basan en el poder político de quienes los reciben.
·
La emigración
se ha convertido nuevamente en una opción atractiva para muchos. Son
generalmente los jóvenes griegos altamente calificados los que eligen empezar
una nueva vida en el extranjero o quedarse allí una vez que han terminado sus
estudios. Bueno para ellos, muy malo para el país. Nuestros nuevos emigrados no
solamente escapan del desempleo, sino que
también rechazan un mercado laboral en el cual el mérito cuenta poco y
en donde la iniciativa y la originalidad son a veces recibidas con hostilidad.
Es por ello que no se podrá dar fin a la fuga de cerebros hasta que pongamos
nuestra casa en orden.
Nosotros los griegos nos orgullecemos de ser ingeniosos,
creativos y gente de recursos, como Ulises. No estoy seguro si ese será el
caso, pero de todas maneras ha llegado el momento de demostrarlo a todos los que nos observan
alrededor del mundo y sobre todo a nosotros mismos.